
Mujer divina y bella
En la belleza de una mujer divina y bella,
resplandecen los rayos del sol al amanecer.
Su figura esculpida por manos celestiales,
un suspiro eterno de la creación.
Sus ojos reflejan la pureza de un arroyo cristalino,
sus labios, la dulzura de las rosas en primavera.
En su mirada, se colma de luz el universo entero,
una hermosura que embelesa al más frío invierno.
Su voz es melodía que acuna al alma cansada,
sus palabras, pinceladas de arte y poesía.
Una musa eterna que inspira al más grande artista,
un ser divino que en la tierra camina.
Mujer divina y bella, joya preciosa de la vida,
en tu ser habita la esencia del amor y la bondad.
Eres la luz que guía en la oscuridad más profunda,
la esperanza que florece en el jardín de la eternidad.
Que tu belleza perdure por siempre en la historia,
como un faro de ternura, como un oasis de paz.
Mujer divina y bella, en cada latido de mi corazón,
siempre serás la más grande maravilla de la creación.