
En el cauce de la vida me topé con una mujer, decidida y esforzada
En el cauce de la vida, me topé
Con una mujer, decidida y esforzada.
Día tras día, luchando sin cesar,
Por sus nobles ideales enarbolados.
Con paso firme y mirada ardiente,
Avanza ante los obstáculos que halla.
De valiente temple y convicción ferviente,
Resplandece su espíritu, nunca se amedrenta.
Sus ideales, faro que la ilumina,
Le impelen a traspasar las fronteras,
Derribando muros que oprimen la mente,
Conquistando horizontes que antes fuera.
En cada jornada, su alma se alza
Desafiando el tedio y la adversidad.
Construye puentes hacia un mundo de esperanza,
Donde la igualdad y el amor sean realidad.
Su voz, un eco de cambio e inspiración,
Impulsando a los demás a obrar por justicia.
En su lucha veo un faro en la oscuridad,
Que guía hacia un futuro de paz y eficiencia.
Me encuentro con una mujer admirable,
Que con tesón vence los desafíos.
En cada acción, su fervor inquebrantable,
Brinda un ejemplo que enriquece los sentidos.
En su trayecto, ella no está sola,
Pues su valía insufla fuerza en otros seres.
Y así, día a día, cada vez más se acrisola,
La llama de la justicia que en sus sueños arde.